“Las personas que están más felices con su trabajo son aquellas que ven lo que hacen como una vocación, no sólo como una fuente de ingresos.”

¿Te has preguntado si el trabajo que haces todos los días tiene algún sentido para ti? ¿Estás satisfecho con lo que haces? ¿Te ayuda a perseguir tus objetivos?

El mundo moderno que hemos creado, el cual se basa en un esquema de alta productividad, nos exige pasar el mayor tiempo de nuestro día en el lugar que laboramos. No hay forma de negar que el trabajo ocupa un lugar preponderante en nuestra vida. Sin embargo, ¿qué tanto lo consideramos en nuestros planes?

Algunos buscan en su empleo tener un buenos ingresos, otros buscan obtener las mejores prestaciones, otros buscan estabilidad, pero ¿alguien busca que su trabajo tenga sentido y forme parte de su plan de vida?

No sé si has escuchado a tus compañeros o si tú mismo has pensado algo como: “Mi empleo es demasiado pequeño para el espíritu y entusiasmo que tengo”, o “mi trabajo no me permite explotar todo mi potencial”.

Factores como el desafío, la variedad, la regeneración del funcionamiento, la capacidad de autonomía, sentirte importante para el equipo y participar en la producción completa de un producto, repercuten en el nivel de satisfacción que sientes en tu empleo.

Hay puestos de empleo en los cuales es más difícil contar con los elementos de la lista previa, por diversos motivos, ya sea porque son trabajos en los que no tratas cara a cara con el cliente, o porque no te exige nuevos retos debido a que tiende a ser muy “mecánico”.

Según una encuesta realizada en Estados Unidos por la Universidad de Yale, algunos de los trabajos en los que la gente dijo sentirse menos satisfecha porque no los encuentran muy significativos se encuentran: director de noticiero de TV; analista de impuestos; coordinador de operaciones web; diseñador de modas; agente de reservaciones de las aerolíneas; animador Gráfico.

Pues bien, pasemos ahora a analizar: ¿por qué les falta sentido a las personas que tienen estos puestos de trabajo? Todos son trabajos muy diferentes, pero algo que tienen en común es que en muy pocas oportunidades tienen un impacto significativo y duradero en otras personas.

Entre la lista de puestos de trabajo que son considerados altamente significativos para prácticamente toda persona que disponga de ellos, se encuentran: profesor de alfabetización de adultos; jefe de bomberos; enfermera partera; consejero de adicciones; especialistas en pedagogía infantil; neurocirujano.

Todos estos trabajos tienen un impacto importante y duradero en la vida de otros.

Los datos que cité anteriormente se obtuvieron a través de encuestas y entrevistas: las entrevistas contaban una muestra representativa de ciudadanos estadounidenses, y en el resultado más de la mitad informó que los trabajos que generan más satisfacción son los que tienen como propósito beneficiar a los demás. Las encuestas que fueron realizadas a personas de distintos lugares del mundo también arrojaron como resultado que sus trabajos les son más significativos y trabajan con mayor satisfacción cuando “contribuyen a la sociedad”. En lugares como EE.UU, China y países de Europa del Este, entre otros, la opción más común fue ésta. En varios continentes, la gente realiza su trabajo definiéndolo más en términos de contribución a la sociedad, y no tanto en relación a lo que le pagan por una tarea.

Como conclusión vemos que las personas que están más felices con su trabajo son aquellas que ven lo que hacen como una vocación, no sólo como una fuente de ingresos. El profesor Amy Wrzesniewski de la Universidad de Yale muestra que un elemento central de una vocación es la creencia de que su trabajo hace que el mundo sea un lugar mejor.

No todos podemos convertirnos en neurocirujanos, sin embargo, todos podemos tomar pasos que nos ayuden a hacer nuestro trabajo más significativo.

En muchos casos, nuestros puestos de trabajo tienen un impacto social, pero estamos demasiado lejos de los beneficiarios finales de nuestros productos y servicios. Piensa, por ejemplo, en los ingenieros de seguridad automotriz: les debemos mucho por la seguridad que nos brindan a través de su labor, pero ellos rara vez ven los rostros de los clientes.

Debemos encontrar maneras de que las personas que cuentan con empleos que tienen poca vinculación directa con los beneficiarios, puedan darse cuenta de cómo su trabajo impacta en sus vidas y esto les motive a dar más de sí en su trabajo. Un ejemplo muy sencillo es el caso de un laboratorio en donde se puso la foto de los pacientes en un fichero de rayos x, y el resultado fue que los radiólogos escribieron un 46% más de informes y diagnósticos precisos porque tomaron más consciencia de que de ello depende la salud de muchas personas (de personas con rostros reales que ellos podían ver).

Cuando vemos que nuestro trabajo influye positivamente en los demás, encontramos un mayor significado a lo que hacemos. De tal forma, que la mayor fuente de motivación en el trabajo es el servicio a los demás, es cuestión de que cada uno de nosotros  encuentre la manera de darle sentido al trabajo y podamos gozar de una manera más plena lo que hacemos.

 

 Natalie M.A. Despot 

Maestra en filosofía con especialidad en ciencias cognitivas por la Universidad Nacional Autónoma de México y licenciada en filosofía por la Universidad Panamericana. Es miembro del grupo de investigación de neurociencia social en la Universidad Autónoma de México. Actualmente trabaja en ICAMI, Región Centro como coordinadora de proyectos académicos y docente del área empresa-familia.