En la actualidad estamos asistiendo a la explosión y desarrollo del quehacer educativo y los medios que utiliza en las diferentes fases del proceso: como la concepción de nuevos modelos que tratan de explicar las formas en que la gente desarrolla los procesos de aprendizaje; los programas dirigidos a públicos cada vez más específicos que atienden diferencias no sólo idiomáticas, sino culturales y regionales; el desarrollo de bases de datos relacionales de gran capacidad y velocidad en la búsqueda de información; y el acceso a esta última tan inmediata. No obstante, el ensanchamiento de la brecha entre las clases tecnológicamente pudientes y los desposeídos, hoy resulta cada vez más evidente y si bien no es inaccesible, sí es lesivo a la economía de estos últimos, ya que se requiere contar con el equipo adecuado, además de un entrenamiento en el manejo del mismo.

Consideramos que este yerro se debe en gran parte, a la pérdida de perspectiva de los actores del proceso, pérdida en la Misión y en la Visión, dado que se busca captar la preferencia de un público consumidor ávido de productos educativos. La finalidad se ha descuidado, la manifestación del carácter en habilidades concretas resulta ser una intención secundaria. Llamar la atención, hacerlo  divertido, presentar la novedad y lograr la venta es la intención principal.

Nuestra propuesta es establecer un espacio reflexivo, orientado a rescatar lo que resulta esencial para hacer del proceso educativo, una actividad efectiva que nos reencamine hacia el desarrollo de la persona. No se trata de abandonar los avances alcanzados hasta nuestros días, se trata de darles una dimensión más justa en lo referente a su mérito. Hemos integrado, con base en la observación y estudio, seis condiciones que, de aplicarse, redundarían en la gran brecha del aprendizaje.

1.    Claridad de objetivos, contenido, diseño y criterios de desempeño.

a)      Toda actividad debe tener como respaldo un objeto diferente a la propia enseñanza, no enseñamos para enseñar, más aún, no enseñamos, facilitamos el aprendizaje de otros.

b)     La determinación de los contenidos en el proceso educativo, debe obedecer a lo que se pretende lograr; resultan ser la fuente con la cual trabajará el educando en la búsqueda de los resultados del aprendizaje.

c)      En el diseño se establece la estructura básica con que se manejará el contenido, el mapa que deberá integrar las diferentes partes en un todo y establecerá relaciones con otros aprendizajes. En el diseño se determina el “cómo” se realizará el proceso y “con qué” medios podemos apoyarnos.

d)     . Algunos elementos para la especificación de criterios de desempeño son: verificar el desempeño esperado, determinar las condiciones bajo las cuales se debe manifestar la conducta, y establecer los criterios de calificación.

2.    Capacidad para integrar los objetivos y contenidos a su búsqueda de desempeño en términos de intenciones y objetivos personales.

El educando decide si quiere aprender y sólo cuando eso sucede se abre la posibilidad de un aprendizaje efectivo. Para que alguien realmente incorpore el producto del esfuerzo de aprender, requiere algo más que la eventual obligación de asimilar conceptos, formas o manejos prácticos. Requiere de una razón personal para ello, una razón que va más allá del proceso de aprender en sí mismo. El educando debe “ver” en qué va a resultar el esfuerzo, cómo va a enriquecer su existencia, y en qué lo va a utilizar.

3.    Confianza en la capacidad de quién aprende.

El educador que desarrolla su trabajo, confiar en la disposición y capacidad de las  personas que buscan aprender. La confianza es una promesa de crecimiento y el cumplimiento de ella, apoya la imagen del docente. Es un proceso de integración con el educando de tal manera que se requiere incrementar las habilidades de comunicación y un trato respetuoso y amable, que manifiesta nuestra aceptación a la gente por lo que es y ayuda a convertirse en lo que es capaz de ser.

4.    Gusto, satisfacción por el contenido, el proceso y el resultado del aprendizaje.

Si nos vamos a embarcar en la aventura del aprendizaje tenemos que poner en juego lo mejor de nuestras potencialidades, aceptar que si estamos ahí es porque lo necesitamos y lo que se aprenderá será satisfactorio para nuestras necesidades, nuestras fallas o carencias; así como estar consciente de las dificultades a las que nos enfrentaremos y poner en práctica la tenacidad y la constancia, para arremeter cuando se tengan dificultades en el avance y en la evolución de nuestro desempeño. Convicción, guía, conciencia y valor, son características que pueden ayudarme a desarrollar esta condición:

5.    Práctica de retroalimentación, feedback o consejo ante el desempeño del aprendiente.

Para el sujeto que va a aprender y pretende alcance el nivel de destreza que se requiere, es necesario contar con la observación de otro acerca de su desempeño y contar con la información relativa; eso le proporciona una dosis de objetividad y le permite actuar para corregir. El educador debe asumir esa responsabilidad, no sólo transmitir sino proporcionar consejo y apoyo.

6.    Concepto éxito y capacidad para desarrollar aprendizaje colaborativo.

El éxito del proceso educativo no es personal y aislado, es el producto de un esfuerzo interdependiente y permeado, desde su intencionalidad por la generosidad, hasta desarrollar y desarrollarme de manera integral. Se trata de un esfuerzo conjunto y en esa intención, todos resultan beneficiados con el éxito. En esta relación todos resultamos educadores y educandos en los diferentes momentos del proceso.

Si cada vez que desarrollamos un sistema o modelo, determinamos el uso de tal o cuál equipo y establecemos cómo será el acceso a la información, habremos tomado en cuenta las condiciones que hemos expuesto y la posibilidad de que la  generación de aprendizaje se incrementará de manera exponencial.

Escrito por: José Rafael Santana Zevada

José Rafael Santana Zevada es Licenciado en Pedagogía Universidad Panamericana.

Consultor independiente en procesos de calidad sostenida en la organización, desarrollo de recursos humanos e integración de procesos de educación a distancia. Fue Director de Educación a Distancia del Centro de Competitividad Internacional en el ITESM, Campus Toluca; y actualmente es profesor del área de Desarrollo Humano en ICAMI.

Algunos de los Proyectos que ha desarrolló son:

Diplomado en habilidades financieras FIRA (CD interactivo); Conocimiento de producto Mercedes-Benz Vehículos comerciales (CD interactivo, control de aprendizaje en línea); Certificación de Calidad en Centros de Servicio NISSAN Mexicana (Consultoría y manejo de base de datos en línea); Certificación de Calidad en Refacciones NISSAN Mexicana; Formación de Gerentes de Servicio de la Red de Distribuidores NISSAN México (Desarrollo sistema presencial y a distancia, así como control de aprendizaje en línea); Educación a Distancia para la CFE (Desarrollo en Web); Desarrollo de elementos para control de aprendizaje a distancia; Conocimiento del producto de Gates México (CD interactivo y control de aprendizaje a distancia); y Sistema de Diagnóstico de necesidades de capacitación en línea (modelo centrado en el aprehendiente).