La diferencia es sutil pero importante, y está más en la forma de mirarlas que en lo que son.
Competencias son un concepto clásico en el mundo laboral y educativo: se definen como la suma de conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para desempeñar una función específica. Ejemplo: la competencia en gestión de proyectos incluye saber usar herramientas (conocimiento), organizar tareas (habilidad) y tener responsabilidad (actitud). Se suelen medir y certificar, como si fueran listas de cotejo.
Power skills, en cambio, son la versión más moderna y transversal de las llamadas “habilidades blandas”. No están ancladas a un rol técnico particular, sino que potencian cualquier competencia. Son habilidades humanas que no caducan con la tecnología como, por ejemplo: comunicación, colaboración, pensamiento crítico, adaptabilidad, liderazgo.
Piensa así:
- Competencias: “lo que necesito para hacer bien mi trabajo en un puesto concreto”.
- Power skills : “lo que me hace valioso en cualquier puesto, equipo o industria”.
Si lo pasamos a metáfora gastronómica:
- Las competencias son la receta específica para cocinar una lasaña.
- Los power skills son tu sazón, tu capacidad de improvisar con lo que hay en la cocina, y tu talento para convencer a todos de quedarse a la mesa.
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Los power skills son lo que antes se llamaban “soft skills”, pero con esteroides semánticos: comunicación, colaboración, pensamiento crítico, adaptabilidad, liderazgo, manejo de emociones… básicamente las superherramientas que hacen que el conocimiento técnico no se quede solo y sin utilidad.
Lo interesante es que ya no se ven como “suavecitos” ni secundarios, sino como habilidades de poder real en entornos de trabajo cada vez más cambiantes y automatizados. Una máquina puede calcular más rápido que tú, pero no puede inspirar, negociar o detectar las dinámicas sutiles de un equipo humano (todavía).
En ICAMI entendemos las power skills como competencias laborales arraigadas en la conducta debido a los hábitos (metacompetencias o virtudes) que favorecen cierto tipo de comportamientos más allá de una situación o circunstancia específica.
Es decir, que las metacompetencias hacen posible que las competencias vayan más allá de lo laboral e incidan en el modo de ser de la persona, haciendo que la persona, por ejemplo, sea justa y por eso su actuar sea justo. Cuando no se tiene la metacompetencia de la justicia, la persona puede hacer actos de justicia de manera esporádica sin que necesariamente hagan a la persona justa porque no nacen de ella y de su modo de ser, sino que nacen de lo que debe hacer o de lo que está indicado hacer.
Por eso la power skills permiten que las habilidades, conocimientos y actitudes se integren de un modo más sólido y configuren a la persona en un modo de ser específico.

Escrito por: Leonor Vega Magaña
Directora Académica Nacional de ICAMI. Maestra en Pedagogía y Licenciada en Administración y Negocios Internacionales. En su vida profesional ha sido docente universitaria del área de Humanidades y consultora de proyectos educativos para formar integralmente. Comprometida con el desarrollo personal y profesional a través de los Programas abiertos de ICAMI.

