La diferencia es sutil pero importante, y está más en la forma de mirarlas que en lo que son.

Competencias son un concepto clásico en el mundo laboral y educativo: se definen como la suma de conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para desempeñar una función específica. Ejemplo: la competencia en gestión de proyectos incluye saber usar herramientas (conocimiento), organizar tareas (habilidad) y tener responsabilidad (actitud). Se suelen medir y certificar, como si fueran listas de cotejo.

Power skills, en cambio, son la versión más moderna y transversal de las llamadas “habilidades blandas”. No están ancladas a un rol técnico particular, sino que potencian cualquier competencia. Son habilidades humanas que no caducan con la tecnología como, por ejemplo: comunicación, colaboración, pensamiento crítico, adaptabilidad, liderazgo.

Piensa así:

  • Competencias: “lo que necesito para hacer bien mi trabajo en un puesto concreto”.
  • Power skills : “lo que me hace valioso en cualquier puesto, equipo o industria”.

Si lo pasamos a metáfora gastronómica:

  • Las competencias son la receta específica para cocinar una lasaña.
  • Los power skills son tu sazón, tu capacidad de improvisar con lo que hay en la cocina, y tu talento para convencer a todos de quedarse a la mesa.
Tabla comparativa
Aspecto Competencias Power Skills
Definición Conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes para un rol específico. Habilidades humanas transversales que potencian cualquier rol o competencia.
Origen del término Modelo educativo y laboral clásico (años 80-90). Rebranding moderno de las “soft skills” (última década).
Enfoque Orientado a desempeño técnico o funcional. Orientado a interacción humana, adaptabilidad y valor universal.
Ejemplos Competencia en gestión de proyectos, competencia digital, competencia pedagógica. Comunicación, liderazgo, pensamiento crítico, adaptabilidad, inteligencia emocional.
Medición Se pueden evaluar con estándares, rúbricas o certificaciones. Más difícil de medir; se observan en la práctica y a menudo requieren feedback cualitativo.
Duración en el tiempo Puede volverse obsoleta si cambian las tecnologías o procesos. Son “atemporales”: mantienen valor aun con cambios tecnológicos y contextuales.
Función Garantizar que una persona cumpla con lo esperado en un puesto. Potenciar la forma en que una persona ejerce sus competencias y se relaciona.
Metáfora culinaria La receta concreta (ingredientes, pasos, técnica). El sazón y la capacidad de improvisar con lo que hay.

 

Los power skills son lo que antes se llamaban “soft skills”, pero con esteroides semánticos: comunicación, colaboración, pensamiento crítico, adaptabilidad, liderazgo, manejo de emociones… básicamente las superherramientas que hacen que el conocimiento técnico no se quede solo y sin utilidad.

Lo interesante es que ya no se ven como “suavecitos” ni secundarios, sino como habilidades de poder real en entornos de trabajo cada vez más cambiantes y automatizados. Una máquina puede calcular más rápido que tú, pero no puede inspirar, negociar o detectar las dinámicas sutiles de un equipo humano (todavía).

En ICAMI entendemos las power skills como competencias laborales arraigadas en la conducta debido a los hábitos (metacompetencias o virtudes) que favorecen cierto tipo de comportamientos más allá de una situación o circunstancia específica.

Es decir, que las metacompetencias hacen posible que las competencias vayan más allá de lo laboral e incidan en el modo de ser de la persona, haciendo que la persona, por ejemplo, sea justa y por eso su actuar sea justo. Cuando no se tiene la metacompetencia de la justicia, la persona puede hacer actos de justicia de manera esporádica sin que necesariamente hagan a la persona justa porque no nacen de ella y de su modo de ser, sino que nacen de lo que debe hacer o de lo que está indicado hacer.

Por eso la power skills permiten que las habilidades, conocimientos y actitudes se integren de un modo más sólido y configuren a la persona en un modo de ser específico.

Leonor Vega Magaña ICAMI

Escrito por: Leonor Vega Magaña

Directora Académica Nacional de ICAMI. Maestra en Pedagogía y Licenciada en Administración y Negocios Internacionales. En su vida profesional ha sido docente universitaria del área de Humanidades y consultora de proyectos educativos para formar integralmente. Comprometida con el desarrollo personal y profesional a través de los Programas abiertos de ICAMI.