¿Te gustaría, con el tiempo, leer tu propia historia y percibirte como una persona que alcanzo éxito profesional y trascendencia social viviendo en plenitud y satisfecho con su propio desarrollo?
Una de las grandes posibilidades para lograrlo es tener una visión clara de la responsabilidad que tenemos sobre las decisiones que hemos tomado en la vida.
Cuando hemos elegido formar una familia entonces ocupamos un lugar insustituible como directivos y líderes de la misma, lo cual, nos enfrenta al desafío de poder compartir en forma equilibrada el ámbito familiar y el laboral.
Enfrentar este reto será posible si somos concientes del papel que fungimos en cada área, movilizamos nuestra voluntad y desarrollamos estrategias y habilidades educativas que nos permitan lograr dicho equilibrio.
Iniciando con nuestro cónyuge es importante llegar a acuerdos sobre la administración del tiempo y recursos y de cómo se han de compartir las responsabilidades y roles de la dirección de esta maravillosa empresa humana, por lo que es necesario valorar equitativamente el trabajo dentro y fuera del hogar.
La vida laboral es parte de nuestro desarrollo y una oportunidad continua de formación y enriquecimiento de nuestra personalidad por lo que hay que aprovecharla para que sea un motivo de conversación y aprendizaje para nuestra familia.
Una vida, activa, productiva y feliz está íntimamente relacionada con la congruencia y equilibrio que hayamos establecido entre familia y empresa. Por el contrario, cuando mantenemos una relación desproporcionada o descontrolada generamos angustia, culpa, enojo y rivalidad afectando los lazos interfamiliares.
En la familia ocupamos un puesto de autoridad-servicio y tenemos la responsabilidad de dirigir a nuestros hijos hacia la libertad y madurez por lo que es conveniente plantearnos objetivos claros de crecimiento; así como desarrollar habilidades que nos permitan favorecer la participación y trabajo en equipo para evitar que el agobio destruya la motivación y la armonía .
Aquí algunas sugerencias para lograr el equilibrio familia – empresa.
- Frena las creencias irracionales que impidan lograr un equilibrio entre tu desarrollo personal y familiar.
- Evita que el trabajo se convierta en un pretexto para abandonar la responsabilidad familiar y mucho menos un lugar para encontrar culpables de los problemas y estados de ánimo que desfavorezcan la convivencia familiar.
- Aprende a estar aquí y ahora, disfrutando de lo importante y desprograma tu mente de las obligaciones laborales para disfrutar de la vida con tu familia.
- Desarrolla las habilidades de liderazgo: Un líder dirige, estimula, instruye, escucha, decide, crea, planea y reconoce.
- Habla positivamente de tu trabajo, permite que tus hijos conozcan tu área de trabajo y aprovecha tus propios aprendizajes como motivadores de actitudes asertivas ante las adversidades y retos.
- Establece prioridades y planea las actividades respetando los tiempos y compromisos familiares.
- Comunica con claridad tus metas, sentimientos y lo que esperas en cuanto a apoyo familiar.
- Delega funciones entre los miembros de la familia y permíteles participar en las estrategias para lograr una organización que permita la convivencia.
- Procura mantener un trato personalizado con los hijos y el cónyuge para plantearles lo que esperamos de ellos y llegar a acuerdos.
- Desarrolla la empatía y cuida el manejo emocional. La delicadeza en el trato mejora las relaciones.
- Cuestiona con frecuencia qué exiges y para qué lo exiges.
- Evita dramatizar o presentarte como víctima.
- Al tomar decisiones laborales que afectaran a la familia cuestiónate: ¿Mi decisión contribuye a mi proyecto personal y familiar? ¿Puedo hacerlo? ¿Quiero hacerlo? ¿A qué renuncio al aceptarlo.
- Aprende a decir no a personas o compromisos que te afecten. Cuando no sabemos dar una negativa acabamos entregando parte de nuestra vida a gente que no son nuestra prioridad o que no se lo merecen.
- Pregúntate si hacer un favor a un desconocido o aceptar una actividad extra en el trabajo ¿merece dedicarle menos tiempo a la familia?
- Administra tu tiempo ya que es un recurso no renovable. La temporalidad en los seres humanos es una realidad.
- Evita la indecisión o la prisa. Empieza inmediatamente lo que tengas que hacer y no dejes las cosas para después porque lo urgente es resultado del desorden y nos desvía de lo importante.
- Se sincero contigo mismo, evita el autoengaño y evalúa si realmente tu labor profesional fortalece y da respuesta a las necesidades familiares tanto económicas como formativas.
Te invitamos a aceptar el reto de participar en la responsabilidad social de hacer de tu familia un núcleo sano y de aportación, equilibrando tu vida familiar y profesional.
Fausta Vázquez es Maestra Normalista por el Instituto Anglo Español y licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Metropolitana. Tiene una especialidad en Orientación Familiar por la Universidad de Navarra. La Lic. Vázquez, ha tomado cursos de actualización sobre filosofía, pedagogía, psicología y bioética en instituciones de renombre. Actualmente es Fundadora y Directora de Life Success Association y Consejera Educativa para la implementación de Escuela para Padres, en el distrito escolar de Mc. Allen TX. También es conductora de una cápsula familiar para la cadena Telemundo y Profesora de ICAMI.