El desarrollo profesional es un tema en el que cada paso implica un mayor grado de dificultad. Por ejemplo, en el primer trabajo normalmente hay una dedicación muy amplia, sin horarios y con disponibilidad para viajar o cambiar de residencia. Es una etapa con pocas responsabilidades. Si el desempeño es aceptable pueden venir otras promociones. En esta nuevo ciclo se considera importante la forma en que lleva su vida, sus responsabilidades, su estado civil y cómo es su comportamiento social. Generalmente coincide con el inicio de su vida familiar y así podría mencionar las siguientes etapas. Hay, por decirlo así, una relación entre desarrollo profesional y las etapas familiares.
Hablar de vida familiar es hablar de matrimonio y por lo tanto, de hijos, de maternidad. La maternidad –nos recuerda la Profesora Natalia López Moratalla, catedrática de bioquímica y biología molecular en la Universidad de Navarra- incrementa en la madre la hormona de la confianza (oxitocina) y frena la hormona del estrés (cortisol). En cada embarazo existe una comunicación molecular y celular. Hay un traspaso de células de la madre al hijo que regeneran el cuerpo de la madre (lo rejuvenecen). Son de dos a seis células pluripotenciales por milímetro de sangre que pueden reparar heridas futuras.
La familia es una sociedad dinámica. La llegada de los hijos es algo natural y esperado, pero puede posponerse pensando en que llegue ‘un mejor momento’, mismo que difícilmente llega. La verdad es que sólo cuando llega el niño se hace el espacio y todo lo demás se reacomoda. Mientras el niño no llega los ‘ladrones del tiempo’ son infinitos. El mejor momento es ya, después puede ser demasiado tarde.
La vida familiar –nos dice Nuria Chinchilla- enriquece nuestro desempeño profesional porque ayuda al desarrollo de competencias que nos llevamos puestas de un campo al otro, de la familia a la empresa. ¿Qué empresa no quiere contar con personas con liderazgo, integridad, iniciativa, trabajo en equipo, capacidad de toma de decisiones y que en la vida familiar se desarrollan naturalmente?
En la familia desarrollamos, ni duda cabe, una mejor comprensión de los demás, mayor confianza en uno mismo y el altruismo, aspectos muy importantes en el ambiente de la empresa. Cuando no se ha aprobado la materia de la vida familiar es muy frecuente que veamos un desempeño poco eficiente en la relación laboral.
Alfonso Aguiló –del Instituto Europeo de Estudios de la Educación- comenta que es muy sorprendente la fuerza natural interior que se activa en los padres para que se obre el milagro cotidiano de que cuiden a sus hijos.
El altruismo que despierta y desarrolla la maternidad es uno de los motores más poderosos que sacan adelante cada día a nuestra sociedad. Un altruismo que habitualmente incluye al padre: la transformación que experimenta un hombre quizá egoísta, que se ve de pronto expuesto a un contacto cercano con niños pequeños es formativa e implica un crecimiento y madurez. Esta claro que tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista.
Es Ingeniero Químico de la Universidad de Guadalajara; Master en Dirección de Empresas y egresado del Programa AD2 del IPADE. Es socio fundador de Amigos del Recién Nacido (ARENA); es Miembro del Consejo Superior del Colegio Chapultepec, entre otros.
También ha sido miembro del Consejo de Canacintra en Culiacán. Columnista de el diario NOROESTE en Culiacán, Mazatlán y Los Mochis y Columnista invitado en El Imparcial de Hermosillo. Actualmente Director General de ICAMI Región Noroeste y Profesor de Factor Humano y Comercialización.