El gobierno o la buena dirección de uno mismo es la principal condición para ejercer el gobierno de los demás, de los que dependen de mí.

La prudencia, virtud fundamental, es ayuda importantísima a los que están constituidos en autoridad, para su correcto ejercicio en bene­ficio de los demás, en su área de trabajo, en su familia, en su empresa, etc.

La prudencia, en forma muy básica, tiene tres momentos: Pedir consejo, juzgar rectamente y actuar con imperio.

El consejo se refi­ere a la rectitud del acto de aconsejar bien, y de ayudar a obtener un ­fin bueno y, por otro lado, el saberme necesitado de la ayuda de otros para acertar y obtener el objetivo deseado.

El juicio es el trabajo intelectual para deliberar y conocer – con ayuda de los consejos recibidos – qué es lo mejor en cada decisión que debo tomar. El que posee esta virtud se le llama sensato o inteligente, porque conoce las cosas como son en sí mismas.

El imperio es el acto más específi­co de esta virtud y consiste en llevar a cabo sin tardanza ni negligencia lo que he deliberado y juzgado que es lo mejor. Implica una “capacidad directiva”.

En las escuelas de negocios que utilizan “El Método del Casolos participantes llegan a adquirir la virtud o el hábito de la prudencia en la toma de decisiones, provocando el desarrollo del “consejo y del juicio” del que gobierna a un grupo de personas. Esto requiere apertura de mente para enriquecerme con las mejores opiniones de los demás y firmeza de juicio para actuar con fortaleza en la decisión que he tomado solo o colegiadamente.

Las personas que tienen un puesto directivo, deben de mandar sobre otras y su tarea exige dirigir la acción de los demás, por lo que es indispensable: mandar, prohibir, permitir o castigar ciertas conductas; esto requiere de fi­rmeza y buen ejemplo de parte de quien gobierna.

La fortaleza auxilia al que dirige para no desmayar en la consecución de la decisión tomada, a pesar de los problemas y di­ficultades que encuentre en el camino por graves y difíciles que sean. La fortaleza debe ir dulci­ficada por la mansedumbre para no estallar en ataques de ira que dañen a los demás y agrieten el ambiente de trabajo.

Existen cuatro virtudes fundamentales del Directivo que moderan las pasiones: La prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. El directivo que no las tiene cae en la posesión del vicio contrario. De ellas, la prudencia es la primera y más importante de las virtudes cardinales – Auriga, la llamaba Aristóteles – y que en conjunto con las otras ayudan y perfeccionan la labor directiva de todo jefe y le impiden caer en excesos o vicios que perjudican el ejercicio de su función.

Una empresa en que no existe un buen gobierno del dirigente de sí mismo, se convertirá en una organización “fallida”: su control interno será vulnerable, la rotación del personal será excesivamente alta, se inhibirán la innovación, la creatividad y el desarrollo, con lo que se pone en grave riesgo su permanencia.

El directivo será informado sólo de lo que él quiere escuchar, provocando graves faltas a la ética, tomando decisiones equivocadas e injustas que la llevarán en algún momento al fracaso, a colapsar y sucumbir. Ya hemos visto la profundidad de la crisis y sus consecuencias regionales y globales.

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 Anastasio H. González G.

Contador Público Certificado. Ha tomado los programas de “GLOBAL CEO  MADRID” IESE España, Alta Dirección1,  Persona Familia, Dirección por servicios y continuidad en el IPADE y DCG por el ICAMI, Programa de Dirección y Acción en EQUIME, Quito Ecuador y el Programa Internacional de Líderes ICADA, Sevilla España. Además, cuenta con la Certificación en Administración por la UDEM/Harvard. Actualmente, es Director General de ICAMI Región Norte, Unidad Monterrey, Director  General del CPH Centro Panamericano de Humanidades  y Co fundador de Grupo Eiffel SA de CV dedicada a temas de Gobernanza Corporativa  y operativa,   Institucionalización de Empresas, alineación de estructuras y procesos a la estrategia, auditoría Interna outsourcing, gestión de procesos, due diligence (adquisiciones, fusiones y escisiones).