¿De qué sirve “cumplir” con la NOM 035 si la rotación sigue al 30 %, el clima laboral se enfría o quema, y los líderes desaparecen… o se refugian detrás de lo “urgente”?
En este 2025, donde el nearshoring y la inteligencia artificial remodelan el entorno empresarial, reducir la norma a un trámite es quedarse corto. Lo que se necesita es liderazgo auténtico y cultura viva.
México frente al espejo: eficiencia sin humanidad es un riesgo
Vivimos una paradoja: México atrae inversión, talento y proyección global, sin embargo, muchas organizaciones siguen operando con estructuras frágiles en lo humano. Mientras anhelamos eficiencia…
– La rotación laboral promedio ronda el 16 %, con sectores que superan el 35 %.
– Solo el 13 % del talento se siente realmente comprometido (Gallup México, 2024).
– Las incapacidades por estrés han aumentado más del 25 % desde 2021 (IMSS).
– Una mala reputación como empleador amenaza con elevar el costo de reclutamiento hasta en un 60 %.
– Las pérdidas invisibles en reputación, productividad y confianza, difíciles de medir, provocan a diario impactos profundos.
El problema no está en la presión externa; está en cómo elegimos responder desde adentro (adaptabilidad y resiliencia): con liderazgo lúcido o con respuestas automáticas. Y es ahí donde la NOM 035 puede marcar una diferencia real… o solo simularla.
La NOM 035 como punto de partida, no como meta
Esta norma inició como un deber en el 2018; surgió para atender una realidad urgente: el desgaste emocional de las personas en el trabajo a través de los riesgos psicosociales. Nos recuerda que el bienestar y el bienser no son solo asuntos personales, sino una responsabilidad colectiva con matiz de bien común.
Pero su valor no está en el formato, sino en la forma en que se vive.
Aplicarla sin transformación interna es como pintar las paredes de una casa mientras la estructura tiene grietas. Cumplirla no significa liderar; liderar exige mucho más.
Dos caminos posibles
Escenario uno
Una empresa decide tomarse en serio lo que la norma representa. Escucha. Se forma. Abre espacios seguros donde antes había silencio o tensión. Asume que prevenir también implica formar y transformar. Resultado: las personas permanecen, los equipos confían y la reputación florece.
Escenario dos
La empresa cumple con lo requerido. Difunde un protocolo, aplica cuestionarios, archiva evidencias. Cree que ha cumplido. Pero en el fondo, todo sigue igual. Resultado: desgaste, distancia y un talento que se va sin avisar.
Especialmente quienes están en posiciones de liderazgo intermedio —quienes sostienen el día a día— saben que las normas ayudan, pero el ejemplo arrastra.
No es la norma, es el liderazgo
Decía Carlos Llano:
“La dirección de empresas no es dirección de cosas, sino de personas. Y dirigir personas es ayudarles a que se dirijan a sí mismas.”¹
Ninguna norma puede sustituir el trabajo interior que implica liderar con verdad. Porque cumplir protege… pero liderar transforma.
Un liderazgo que:
– No se esconde en protocolos, sino que conversa, incluso en la incomodidad.
– Entiende que accountability no es control, sino coherencia.
– Practica la subsidiariedad, acompañando sin asfixiar.
– Reconoce que los equipos no buscan jefes perfectos, sino líderes humanos y responsables.
¿Y si no bastara con cumplir?
La NOM 035 es un buen comienzo. Pero no es el final. Una empresa puede llenar cada formato, publicar cada política, colocar un buzón… y aún así perder la esencia de lo importante.
Los riesgos psicosociales no se activan con un incidente: crecen en la omisión, en la desconexión, en la costumbre del silencio.
El cambio profundo ocurre cuando entendemos que la salud emocional del equipo no es un costo a gestionar, sino un valor a cuidar.
Más allá del checklist
¿Tu empresa cumple con la NOM 035? ¡Excelente! Ahora pregúntate: ¿Tu gente quiere quedarse? ¿Aportar? ¿Confiar?
Si la respuesta no es clara, quizá no necesites más carpetas con documentos de cumplimiento. Necesitas volver al origen. A ese lugar donde liderar no es solo cumplir, sino cuidar.
Cuidar no es debilidad ni gasto. Es, a veces, lo más revolucionario que puede hacer una empresa.
Y si no sabes por dónde empezar, tal vez solo hace falta hacer una pausa… y tener conversación honesta.

Escrito por: Ithel S. Villanueva
Fundadora de Zer¹ | Filósofa (UP) | MEDEX (IPADE) | Master Teal Coach | Board Chair Vistage | Consultora en cultura, ética y liderazgo | Profesora en UP e ICAMI
Acompaño a líderes y empresas que buscan alinear su cultura con sus valores más humanos.
¹ Carlos Llano Cifuentes, Análisis de la acción directiva, Ediciones Rialp, 1993.

