«Una buena actitud le dice al mundo lo que esperas de él»

 

La planeación en los negocios es básica e importante al iniciar una empresa, pero lo es también durante todo el trayecto de vida de la misma, su importancia radica en que al planear nos fijamos metas a corto y largo plazo, proceso que inicia por tener conocimiento del presente y un deseo de cambiar el futuro en diferentes escalas.

Cuando tenemos la oportunidad de planear en las organizaciones y empresas, tenemos en nuestras manos el futuro bueno o menos bueno, pero nunca peor que cuando no hacemos nuestro trabajo de planeación, ya que de inicio se presenta el rumbo al que nos dirigimos en base a una visión, y si esta visión es compartida con nuestros mandos intermedios el destino se vislumbrará más cerca y rápido.

Ahora bien, el concepto de Actitud definida por la Academia Española en primer término como el estado de ánimo que se expresa de cierta manera y en segundo término que hace referencia a la postura de la persona, es en sí, una motivación social. Por otra parte, Sian Beilock dice en sus estudios que “la postura afecta la manera en la que pensamos”, y que las posturas conocidas como poses de poder nos ponen en un estado mental productivo.

La actitud se suele compartir con otras personas, tiene como lo comentamos una naturaleza social y se aprende en un grupo de personas. En los últimos años se ha comenzado a prestar atención en las empresas al carácter compartido de la actitud. Ya en la actualidad la forma de planear incluye posturas de poder, más en corto, lo que llamamos estilos de Liderazgo y como se permea en su convivencia entre jefe y subordinado en todos los escaños de la empresa.

Al momento de trazar las estrategias de la planeación empresarial, debemos ser positivos y esperar lo mejor de nosotros mismos y de las personas con las que convivimos día a día. Una buena actitud le dice al mundo lo que esperas de él. El proceso de Planeación, debe de incluir una actitud positiva del líder y que los colaboradores le compren la idea, lo que significa que se la crea y por ende los demás irán detrás de su ideal, la cual ya no es solamente del líder sino que es ya de todo el grupo de trabajo.

El logro de las metas y objetivos planeados deben de celebrarse, con la participación de todas las personas involucradas, como triunfo de equipo. Por su parte el directivo debe de mantener a su equipo motivado en el seguimiento de las acciones encaminadas al logro de los objetivos. Un equipo unido, motivado, con mentalidad positiva, la mejor de las actitudes y que luche por alcanzar su visión, hará que el trabajo plasmado en papel en la planeación se vuelva una herramienta eficaz y productiva.

 Lic. Enrique C. Camacho Paez 

Doctorado en Administración con acentuación en Gerencia Pública. Maestría en Desarrollo Empresarial. Licenciado en Administración y Finanzas. Diplomados en Desarrollo del Potencial Humano, en Ciclo de Vida de los Proyectos de Inversión, en Informática Empresarial, en Planeación Estratégica, en Coaching, en Alta Dirección de Empresas (IPADE). Profesor de ICAMI en las áreas Administrativas y Financieras.

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