“Necesito de alguien, que venga a luchar a mi lado sin ser llamado” – Charles Chaplin -.

 

Hace poco, a través de la lectura de una carta de un conocido en común, supe de la enfermedad que padece un buen amigo y colega, a quien le detectaron un cáncer en la tiroides. Pocos días después, me enteré que lo habían internado en terapia intensiva. Afortunadamente hoy, ha sido dado de alta y sigue con su tratamiento.

Esta noticia me permitió reflexionar sobre los lazos de amistad que surgen en la empresa. Aristóteles describe que en las relaciones amistosas se da un sentimiento de afecto recíproco, se desea el bien común de los unos a los otros, y en esa relación, identifica tres niveles de amistad:

  • Interés: en un primer nivel, hablamos de aquellos que se quieren por interés, lo hacen en la medida de obtener provecho los unos de los otros. Estas amistades se forman accidentalmente y fácilmente pueden disolverse.
  • Placer: la amistad está basada en el placer, es decir, en el gusto por convivir con el otro, el disfrute de la compañía mutua: por tener gustos o aficiones similares. Sin embargo, estas relaciones también pueden disolverse con el paso del tiempo, pues lo que nos agrada hoy puede cambiar en cualquier momento.
  • Virtud: existe un nivel de amistad que se da por la virtud, en donde la amistad va acompañada de esta bondad. Es el nivel de amistad en el que se busca el bien del otro y se procura su bienestar sin pedir nada a cambio.

Por nuestra naturaleza como seres sociales, requerimos tener relaciones de amistad con los demás. En el ámbito laboral formamos relaciones de amistad que, con la frecuencia en el trato, la profundidad en el conocimiento y el interés por el bien del otro, pueden transformarse en esas amistades que se encuentran en el nivel de la virtud que describe Aristóteles.

En un artículo de Gallup publicado en agosto de 2022 y actualizado en enero de 2024, señala que, posterior a la pandemia, tener un “mejor amigo” en el trabajo se ha vuelto mucho más importante, debido a la aparición del home office y/o híbrido.

Los datos de Gallup muestran que tener buenos amigos en el trabajo es la clave para el éxito laboral y para la vinculación con la empresa.  Aquellos empleados que tienen un “mejor amigo” en el trabajo, son más propensos a:

  • Vincular a clientes y a colaboradores
  • Hacer más en menor tiempo
  • Promover un ambiente de trabajo seguro, con menos accidentes y menos preocupaciones de confiabilidad
  • Innovar y compartir ideas
  • Divertirse y pasarla bien en el trabajo

Sin embargo, en este mismo estudio reportan que en los Estados Unidos, solo 2 de cada 10 empleados, dicen tener un “buen amigo” en el trabajo.

¿Qué podemos hacer para fomentar y facilitar las relaciones de trabajo?

  • Promover las relaciones amistosas, empezando por los líderes.
  • Crear oportunidades de interacción que promuevan el surgimiento de amistades.
  • Comunicarse frecuentemente y promover la cultura del diálogo.

A lo largo de mi trayectoria profesional, me siento afortunado de haber construido numerosos lazos de amistad en las empresas con las que he colaborado, hoy en día mantengo comunicación con muchas de esas personas, aunque a veces quisiera que fuera más frecuentemente, nos seguimos la pista y celebramos los éxitos mutuos. Todos ellos, reciban desde aquí un abrazo de mi parte.

Por cierto, a mi amigo y colega, a quien admiro y de quien he aprendido grandes cosas a lo largo de muchos años, le dedico este artículo deseándole se recupere pronto.

 

Eduardo Fernandez icami

Escrito por: Eduardo Fernández

Ingeniero industrial por la Universidad Panamericana, sede Guadalajara. Master en Dirección de Empresas por IPADE. En su experiencia profesional se ha desempeñado como Director de Entrenamiento para Convergencia y Director Regional Occidente de Citibank México y Profesor del área de mercadotecnia y planeación estratégica en la escuela de ingeniería de UP y profesor áreas de comercialización y administración en ICAMI. Actualmente, es Director General de ICAMI Región Occidente.