Eduardo Fernandez icami

Escrito por: Eduardo Fernández

Ingeniero industrial por la Universidad Panamericana, sede Guadalajara. Master en Dirección de Empresas por IPADE. En su experiencia profesional se ha desempeñado como Director de Entrenamiento para Convergencia y Director Regional Occidente de Citibank México y Profesor del área de mercadotecnia y planeación estratégica en la escuela de ingeniería de UP y profesor áreas de comercialización y administración en ICAMI. Actualmente, es Director General de ICAMI Región Occidente.

«Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible.»

San Francisco de Asís

 

Alcanzar tus sueños… hacer lo que te propones… llegar a tu meta más alta… claro, todas esas son frases que te animan a alcanzar objetivos poniendo la vista en el final, pero a veces algo se complica en el camino a lograrlo. ¿Cómo podemos hacer para no perdernos y realmente alcanzar nuestros objetivos?

Hoy quisiera proponer tres mecanismos que nos pueden ayudar a lograr todo lo que nos propongamos:

1. Dividir las metas

Las metas deben ser medibles y desafiantes, al mismo tiempo que alcanzables. Sin embargo, aunque sepamos a dónde queremos llegar, conviene establecer un camino para poder llegar ahí. El camino lo podemos establecer fijando objetivos cortos y próximos que nos acerquen a la meta.

Existen diversas metodologías para la fijación de objetivos. Una de las más conocidas nos propone establecer metas con cinco características:

• Específicas (Specific),
• Medibles (Measurable),
• Alcanzables (Achievable),
• Realistas (Realistic), y
• De duración determinada (Time-bound).

SMART, por sus siglas en inglés.

Este mecanismo nos puede ayudar a fijar el rumbo para lograr las metas.

2. Determinación

Es importante celebrar las pequeñas victorias que significan el logro de un objetivo, por pequeño que parezca, y no esperar a la celebración de la meta final. Esto permite mantenerte en estado de alerta, seguir avanzando y no perder de vista el objetivo final.

Hay quien plantea esto como disfrutar el camino mientras llegas a tu destino. Esto es la perseverancia, es decir, mantener ese esfuerzo continuo necesario para lograr los objetivos que nos proponemos. No rendirse ante las dificultades que podemos encontrar en el camino, no perder nunca la voluntad y la esperanza.

Angela Duckworth, en su libro “Grit: El poder de la pasión y la perseverancia”, explica que, con base en una gran cantidad de estudios que ha realizado, la clave del éxito no es el talento ni la suerte como siempre hemos creído, sino que la clave del éxito es una mezcla de pasión, perseverancia y coraje. Ella lo denomina: Grit, y lo podemos traducir como determinación.

3. Seguimiento

Por último, quisiera agregar al establecimiento de metas y objetivos y la determinación, un tercer elemento que puede parecer menor en importancia frente a los anteriores, pero que, desde mi experiencia, es el elemento esencial y determinante para alcanzar la meta. Me refiero al seguimiento.

El seguimiento no es parte de la determinación; es una acción en sí misma. Es accionar mecanismos para asegurar el avance. Ya sea que uno mismo pueda “darse seguimiento” o bien puedas tener una persona en tu organización que revise el avance que debería llevar el proyecto o los objetivos y compararlo con el plan para “presionar” en lo que va rezagado, es vital. En ocasiones, esta persona se convierte en una molestia por recordar a todos que hay algo por hacer y que aún no está concluido.

Para tener un adecuado seguimiento se requieren tres características:

Tener un claro panorama del tiempo para el logro del objetivo;
Capacidad para dimensionar la tarea, identificar claramente a los responsables y las actividades precedentes para alcanzarlas; y
Ser capaz de mantener firmeza en la solicitud, al mismo tiempo que buen modo al hacerlo.

Estos tres elementos nos permiten hacer que las cosas sucedan en la empresa, en tu organización o en tu vida. No permitas que tus metas se pierdan en el olvido por falta de determinación, pero, sobre todo, por falta de seguimiento.

En próximos artículos profundizaremos un poco más en el seguimiento como elemento para el logro de las metas.